lunes, 7 de diciembre de 2015

El apartamento, atrezzo.

Hoy vamos con El apartamento (Billy Wilder, 1960). En ella Jack Lemmon se ve obligado a prestar su apartamento para que sus jefes se beneficien allí a las que no son sus mujeres. Jack se enamora de Shirley Mcleane, que es la no mujer de su jefe jefazo. Ella por mal de amores se intenta suicidar. No lo consigue y pasa el domingo con él en su apartamento. Al bueno de Jack, le gusta esta chica.


¿Con una raqueta? ¿Por qué no?

 
Pues resulta que tenía razón y como dice ella, qué bien maneja la raqueta.

Ya tirando al final, Jack va a abandonar el piso y está recogiendo las cosas.



Y para que a nuestro prota se le remuevan las tripas, Wilder le da un nuevo uso a la raqueta, ya no es para echarse risas con ella. Ahora la raqueta (gracias al espagueti) sirve para que sepamos que él se acuerda de ella. Dar varios usos al atrezzo es enriquecer la función dramática que tienen en la película. Y sobre todo, despojar a los objetos de su uso y darles uno nuevo es tremendamente estimulante para el espectador, pues, como en este caso, le permite entender nuevos usos que no tienen que ver con jugar a tenis. Gracias a la raqueta (y al espagueti de la cena que compartieron), Jack se da cuenta de que quiere estar con ella.

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